Romería de la Virgen de Luna 2019
Juan Cruz Calero Torrico. El
pasado domingo 24 de febrero, Pozoblanco vivió una jornada histórica en torno a su Patrona. Al coincidir
este día con Domingo de Sexagésima, se celebró como viene siendo
tradicional la Romería de la Virgen de Luna, siendo la más multitudinaria de todas aquellas de las que
muchos recordamos. Según algunas fuentes del Ayuntamiento de la
localidad, la asistencia rondaba los 25.000 asistentes.
Todo comenzaba con la salida de
la Virgen del Santuario para dar la vuelta al mismo previamente a la
celebración de la Eucaristía, mientras miles de devotos llegaban
desde todos los puntos de la provincia a vivir con intensidad la
celebración de esta romería en distintos medios de transporte. La
Virgen, en sus andas recién restauradas, resplandecía ante todos
los que hasta sus plantas acudieron, ya que el sol apretaba con
fuerza en estas fechas en las que no suele hacerlo. La Eucaristía,
acompañada por el Coro Romero Voces de la Sierra, finalizó, y se
devolvió al Santuario la bendita Imagen de la Virgen, hasta que a
las 14:30h, unos novios acompañados por el coro, acudieron ante la
Imagen para pedirse matrimonio, acto emotivo que finalizó con varias
canciones interpretadas a la Virgen, entre vivas y vítores sin fin.
La campana de la ermita que
había estado tocando durante toda la mañana, hizo un momento de silencio mientras las andas atravesaban difícilmente el vano de la pequeña
puerta del Santuario, y mientras que el gentío que
estaba en la explanada, esperaba inquieto que la Virgen partiera
hacia Pozoblanco. Los anderos elevaron a la Virgen a lo más alto de sus
manos mientras comenzaban el camino.
A las 19:00h aproximadamente de
la tarde, antes de que cayera el sol, la Virgen de Luna bajaba sobre la
peana instalada en el Arroyo Hondo para que le fueran impuestas las
majestuosas llaves de Pozoblanco y Villanueva de
Córdoba, lo que anunciaban gozosas las campanas de la Iglesia
Parroquial de Santa Catalina. Una vez puestas, cantada la salve, y
escuchado el Himno Nacional, Nuestra Señora hacía su entrada
triunfal en la localidad entre vítores y aclamaciones del pueblo.
Momento intenso se vivió en la
imposición de la Vara de Alcaldesa Perpetua Honoraria. Mientras el
cortejo procesional se acercaba al Ayuntamiento, la calle se llenaba
de gente en el suelo recogiendo los “aleluyas” que se habían
arrojado desde el balcón central del Ayuntamiento de Pozoblanco en
los que aparecía retratada la antigua talla de la Virgen de Luna.
Mientras la imagen llegaba, se hizo silencio, hasta que el Alcalde
Santiago Cabello, acompañado de la Alcaldesa de la localidad hermana
de Villanueva de Córdoba, le impuso la vara, y le fue ofrendada una
petalada a Nuestra Señora, en la que se soltaron al aire dos
palomas, llamadas Pozoblanco y Villanueva, como símbolo de unión de
ambos pueblos por la Coronación que esperamos pronto pueda hacerse
realidad. Pozoblanco sintió profundamente el fervor hacia su
Patrona, María Santísima de Luna, en una imagen que esperamos se
convierta en anual, y pueda repetirse, cada año con mayor
intensidad.
La Virgen continuó su recorrido
hasta llegar a la abarrotada plaza de Santa Catalina, donde miles de
personas esperaban la llegada de la Patrona. Una larga función de fuegos artificiales dio la bienvenida a Nuestra Madre, mientras sonaban
sin cesar las campanas de la Iglesia Mayor, y, con su entrada a la
misma, y el Himno Nacional como melodía, los pozoalbenses pusieron
fin a una intensa jornada que estoy seguro tardarán en asimilar.
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