La Virgen de Veredas Coronada de Torrecampo

      Juan Cruz Calero. Según cuenta la leyenda, en el siglo XV la primitiva Imagen de Nuestra Señora de Veredas se apareció ante la humilde presencia de un pastorcito que la quiso llevar hasta su pueblo, pero la Virgen se resistía, y por tanto, fue el propio pueblo en masa quien acudió ante la Imagen de la Virgen para venerarla, encontrándose en una pequeña cavidad entre las rocas, conocida por el municipio como “la plancha”, por su forma. Es en este mismo siglo cuando se data la primera construcción del Santuario dedicado a esta imagen.

     Todo el mundo conoce a esta Imagen por su peculiar mancha en la frente, aunque verdaderamente hay una larga historia tras todo ello. Como actualmente se puede observar si se visita el hermoso Santuario donde permanece permanentemente la Virgen de Veredas, podrán observar que en el camarín de dicho templo, se veneran dos Imágenes con la misma advocación. Y es que, es uno de los únicos casos en los que, se han conservado las imágenes tras los sucesos que llevan a sus espaldas. La más pequeña de ellas, es la Imagen que se apareciera ante el pastor, dando inicio a las romerías en honor a la Virgen de Veredas, aunque, como era demasiado pequeña (apenas veinte centímetros), se decidió realizar una talla de mayores dimensiones, que es la que actualmente conocemos todos, y a la que se coronó canónicamente en 1995. La pequeña Imagen se encuentra entre rejas, ya que se temía tal y como la tradición narraba, que la Virgen volviera a desplazarse milagrosamente hacia el lugar de la primera aparición (la plancha), y la segunda, es cobijada por un baldaquino, envuelto por un gran camarín que fue policromado en el siglo XX por el pintor cordobés Antonio Leña.



      Es del año 1842 este grabado, que se le realiza en Sevilla a la Virgen de Veredas, en el cual aparece ataviada de pastora, tal y como se empieza a ataviar según la tradición, el primer testimonio gráfico de la Imagen de la Virgen, aunque también se conservan fotografías de antes de Guerra donde puede verse que la Imagen de la Virgen aún no había sido ultrajada por los tiros que dejaron su frente y su cuello marcados para siempre; y donde ya aparece con atavíos de reina.



    El suceso que marcó su frente tuvo lugar el 23 de septiembre de 1937, cuando se supo que había habido un intento de destruir a la Virgen de Veredas, como sucediera con el resto de Imágenes de la localidad, pero, fue bien sonado en el pueblo “el milagro” que la Virgen puso ante los ojos de todos los lugareños. Cuentan las fuentes que todo el pueblo, sin importar ideologías políticas, peregrinó al Santuario para contemplar aquel milagro, y es que, a pesar de haber disparado dos veces contra la Imagen, y una de ellas en el centro de su frente, la Imagen quedó intacta. En 1993, Miguel Ángel Pérez restauró la Imagen de la Virgen, y se supo que fue el perno de la corona el que impidió que la bala atravesara la madera y estallara, y se decidió conservar tanto la bala en el interior como el orificio que ya era común para la vista de todos. La otra bala provocó un roce en el cuello de la Virgen. Pueden verla en la radiografía adjunta:



     Una de las pocas ocasiones en las que la Virgen de Veredas ha acudido a la localidad de Torrecampo, ya que permanece continuamente en su Santuario, a 7 km del término municipal, a parte de para suplicarle la lluvia en rogativas, fue en 1995, para su coronación canónica (aunque lo había hecho sólo dos años antes con motivo de su restauración). Esta efeméride se produjo el 30 de abril de 1995, en el Paseo de Gracia de Torrecampo, de manos del Obispo Infantes Florido, contemporáneo de la época, en sus andas de plata que fueron donadas por un cargo de la nobleza. Gracias a este acontecimiento pudimos verla procesionar por la Ciudad de Córdoba el 27 de junio de 2015, con motivo del acontecimiento Magno, en el que se celebraba el 775 aniversario de la Consagración del Templo Mayor de nuestra Diócesis cordobesa, la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, con una procesión magna de Vírgenes Coronadas de la diócesis titulada “Regina Mater”. Tuve la suerte de acolitar ante la Virgen, y fue un día que jamás olvidaré.



Comentarios

Entradas populares