Los mejores altares de la Cuaresma que pasó

    Gabriel Zapata. Casi un mes ha pasado desde el término de la Semana Santa. Tiempo ha habido de digerir y reflexionar sobre todo lo vivido, pero creo que también merece la pena detenerse un poco y hacer un análisis sobre lo que nos deparó la Cuaresma de 2018 en cuanto a altares se refiere. Nos centraremos en nuestra ciudad aunque haremos también un breve repaso por lo más destacado de las priostías andaluzas en la Cuaresma que pasó.

     Jesús Nazareno

     Este año la hermandad nos ha sorprendido gratamente por el montaje de su altar, es todavía bastante incipiente pero presenta una notable mejoría, y un empeño por mejorar la imagen de esta hermandad en sus cultos. Destaca el uso del magnifico sagrario, así como la peana de plata, tal vez la mejor pieza de esta tipología que podemos contemplar en la ciudad. Podría mejorar su sentido ascendente y enmarcar la imagen, pero merece destacar el trabajo realizado.

    Sentencia

    Esta es una de las hermandades que mayor proyección está teniendo, no es para menos, su estación de penitencia es una de las más cuidadas, y los cultos no le van a la zaga. El Señor se encuadra en la hornacina del retablo, lo que limita la altura, aunque realza a la imagen. Unas elegantes piñas de clavel rojo, un estudiado trabajo en la cera realzando a la imagen y dando una forma piramidal, junto a los violeteros con flor de talco, consiguen una armonía y una sencillez envidiable. Demuestra que lo sencillo no significa cutre.

    Pasión.

    Quizá la hermandad que más ha mejorado en el montaje de su altar. Hasta hace apenas dos años, el Señor tenía que conformarse con un lateral de la parroquia, y soportar unos montajes demasiado “espontáneos”. Afortunadamente, la hermandad ha trabajado bien y ha conseguido no solo poder colocar a su titular en la hornacina central del retablo mayor, sino que ha logrado uno de los mejores trabajos de cera en la ciudad, alentamos el avance y deseamos que se consolide esta apuesta por la calidad en los cultos, más aun con la cercanía que lo hace a la Semana Santa, lo que seguro que condiciona el trabajo de la priostía.

    Prendimiento.

    De sublime, se puede catalogar lo que nos ha presentado la priostía de esta hermandad la Cuaresma pasada. Magnifica la manera en que han conjugado el requisito de no tapar a la titular del templo, incluyéndola en cierta forma en sus cultos, detalle que podrían tomar algunas hermandades con los mismos condicionantes. Un elaborado y muy geométrico dibujo de cera, con cerca de ciento cincuenta puntos de luz, un actual arreglo floral en tonos morados y una disposición correctísima de la mesa de altar, cosa que tristemente es muy escasa, han conseguido que sea tal vez el mejor altar que se ha visto en Córdoba esta Cuaresma.

    Humildad y Paciencia.

    Por su setenta y cinco aniversario, este año los frailes capuchinos han accedido a que pedida el templo en sus cultos. Calidad y clasicismo son las claves de este altar, en que el Señor ha lucido su túnica morada, un cuidado dibujo de cera con una marcada disposición piramidal, clavel rojo y el detalle de los ángeles del sagrario, un toque antiguo y que evoca a los primeros tiempos de las cofradía. Sin duda un gran montaje.

    En otros puntos de Andalucía y a pesar de la extendida dejadez que observamos en las priostías, hemos observado que todavía hay hermandades que cuidan estos detalles y preparan para mayor gloria de Dios, unos aparatos que entroncan con la mejor tradición barroca. En Sevilla destacamos los altares del Buen Fin y el de San Esteban.

    La priostía del Buen Fin se ha afianzado, tal vez, como la mejor de la ciudad vecina, ya que ha llevado una progresión ascendente desde hace varios años, superando con creces a varias de las que copaban la cima de este arte. Cuidando además infinidad de detalles como el atavío de las imágenes o la calidad y espectacularidad en la flor. Con ello este año nos han sorprendido acompañando a su titular en el altar no sólo con la Dolorosa y San Juan, sino además incorporando a las santas mujeres. Además de utilizar un magnifico dosel y telón para cubrir el retablo, utiliza lámparas que engrandecen el montaje, así como un cuidado trabajo no solo en el propio altar, sino en todo el presbiterio del templo. Doscientos diez puntos de luz en el altar, con un cuidadísimo dibujo, más lo que está fuera del mismo, y no cayendo es esnobismos como el uso inapropiado de las sacras, convierten este altar en el súmmum de la belleza al servicio del culto divino, entendido según las cofradías.

    Destacar también el bello montaje de la hermandad de San Esteban, tan novedoso por lo que acostumbraba a presentarnos, donde un bello dosel con un tejido claro, tan poco visto en cultos dedicados a imágenes cristíferas, pero que tan bien realza a la imagen, así como combinar perfectamente con el pequeño manifestador, utilizado para exponer una reliquia. Consiguiendo con un adecuado trabajo de priostía resolver con gracilidad la cera y la flor. En este caso orquídeas que dan un toque de modernidad al conjunto, dentro de la tradición que desprende.

    Así como en la ciudad de Málaga, el altar de triduo para el Nazareno del Paso. Basado en el altar oficial de Corpus que la ciudad levantó en 1949, la albacería de la hermandad ha conseguido un montaje que evocando esa década, se configure como algo novedoso, que se adapta perfectamente a la imagen tan contemporánea del titular, así como al templo que presenta una arquitectura muy moderna para lo que las hermandades suelen manejar. Consigue destacar a la imagen en el espacio, así como relacionarla con el aporte iconográfico de su advocación. Ha sido muy criticado por salirse de los cánones a los que estamos acostumbrados, pero creo que han sabido utilizar los elementos y aportar al arte cofradiero, no así restar como han conseguido y consiguen otros montajes que se venden como muy innovadores. En este caso, si está justificada la innovación tanto por la imagen y el templo de los que se trata, además que se ha conjugado bien con un lenguaje barroquizante que sea fácilmente entendible por el público cofrade al que va dirigido y que otros montajes como el que hace dos años realizó el Amor de Sevilla, quizá no consiguieran.