Una reflexión sobre el arte sacro, sobre el arte cofrade y el arte sacro contemporáneo
Gabriel Zapata. A raíz del cartel que
este año se presentó para la Vigilia de la Inmaculada (una pintura
de la retratista Sor Isabel Guerra, que parece la foto de una niña
cualquiera, con un fondo degradado de los explotados arcos de la
catedral), se entabló un debate en el que un amigo me dijo que el
arte sacro no tiene por qué ser barroco exclusivamente, que hay que
ir con los tiempos y que la Iglesia evoluciona en el campo del arte y
otros aspectos relacionados. Yo le respondí que si, pero que no todo
lo que hoy se llama arte lo es, ni tampoco que ese arte, sea sacro.
Y reflexionando sobre ello, analizo y
constato el gran error que hay. Recuerdo una ocasión en la Compañía,
cierto profesor mostrando el paso del Sepulcro a unos alumnos
Erasmus, diciendo que aunque se inspire en el herreriano, la estética
de los pasos, la estética cofrade es netamente barroca. Esto, a mi
modo de ver, revela un profundo desconocimiento, no solo del arte en
general, sino del arte cofrade en particular. Y es que si analizamos
el paso de la Macarena, el de Juan Manuel, que con modificaciones
versus enriquecimiento, es el que lleva hoy día, tiene por un lado
el concepto Art Decó, tanto los angelitos del manto camaronero, como
esas filacterias de color rosa tan características, mezclado con el
plateresco, como la rejería de la Capilla Real de Granada en la que
parece que se inspira, en los candelabros de cola también vemos esta
influencia. Por tanto, en si mismo ¿que tiene de barroco? Y como
este paso, podemos hablar del paso de la Concepción del Silencio, en
general de toda la obra de Cayetano González que es muy ecléctico;
del palio del Patrocinio, de la estética regionalista en definitiva.
Y todos estos pasos que estoy comentando son los que definen el arte
cofradiero actual tal y como lo conocemos. Así como después Gómez
Millán no se irá a un barroquismo, sino que su obra bebe mucho del
Renacimiento. Aunque es cierto, que en los bordados la estética de
Juan Manuel se barroquice tanto en el taller de Carrasquilla, como en
el de Caro, no se puede decir a la ligera que todo es barroco.
También hay que analizar qué es el
arte barroco, y qué es dentro de las cofradías el arte barroco.
Porque en la época barroca, pasos como tal, había muy pocos, y para
nada tenían que ver con lo que hoy concebimos como paso, y lo que
hoy entendemos como paso barroco. Ya que pasos barrocos originales
que hayan llegado hasta nosotros tenemos muy pocos: los Caballos de
Santa Catalina, Gran Poder, Cristo del Amor; pasos que son mucho más
esquemáticos y más sencillos de lo que hoy se considera un paso
barroco.
Así que pensando más allá, a raíz
de esas conclusiones, he venido a reflexionar sobre que entendemos
por arte sacro. Y es cierto que el arte sacro, no es netamente
barroco, sino que todos los estilos artísticos, han tenido parte en
el arte sacro. Pero bien es cierto, y esto no lo podemos olvidar, que
las vanguardias artísticas son, no solo ateas, o sea que pasan
olímpicamente del arte sacro, sino que en muchas ocasiones lo toman
como mofa o para ridiculizarlo y para ir contra ello. Aunque todo el
arte contemporáneo no es ateo, ni no figurativo. También hay arte
contemporáneo figurativo, hiperrealista, lo que pasa que no se
considera que esté dentro de las vanguardias artísticas; porque,
probablemente, no tiene el patrocinio del mecenazgo que puedan tener
otros.
A raíz de eso, pues vemos que antes
el mecenazgo lo ejercía la Iglesia. Hoy día no ocurre así, pero
bien es cierto, que en otros períodos históricos, como ya digo el
arte, fuese por lo que fuese se interesó. Hoy día no se interesa
por lo sacro.
Otra cuestión que hoy es diferente,
es que se considera que el arte es arte en sí, y que solo tiene la
utilidad de ser bello y de ser contemplado, no de ser útil. Cosa que
en otros momentos históricos no se daba, ya que siempre se busco
hacer bello lo útil. Y también que el artista no es solo por
creatividad o por ingenio o por pretensión de serlo, sino por
dominio de la técnica. Que eso hoy se ha perdido, pero siempre, en
distintos momentos históricos, para ser considerado artista tenías
que dominar la Técnica, y cuando la técnica era excelsa, solo
entonces se consideraba artista. Me parece interesante ver cómo han
cambiado esos conceptos.
Si hablamos del tema de la utilidad.
La Iglesia no se puede considerar mecenas como en otros momentos
históricos lo fue, y vemos como grandes templos y otras piezas
muebles, algunas verdaderas joyas, como se quedan en pueblos
despoblados. Pero es cierto que grandes ciudades que crecen, en las
que hay necesidad de construir templos nuevos, o arte sacro nuevo, se
hace, pero no es un mecenazgo como tal. Y aquí, para no poner un
ejemplo cofradiero; aunque es cierto que la Iglesia costea, deja
plena libertad al arquitecto o al artista para que elabore lo que
considere. Pero este artista vemos que no se basa en conceptos,
aunque sean contemporáneos o vanguardistas, en una utilidad para la
fe y para lo sacro, que tiene que hacer trascender el espíritu,
buscar la belleza, encontrar a Dios en esa belleza y elevar el alma.
Así como lo que decíamos antes, hacer bello lo útil.
En este caso vemos como en templos
contemporáneos, se busca un gran espacio para albergar a muchos
fieles, se construyen templos nuevos con
gran capacidad de público, un gran escenario; ya que se ha perdido
el concepto dentro de la liturgia de celebración litúrgica para
adorar a Dios y se ve más como servicio litúrgico, algo así como
una celebración para ser contemplada por un público, teniendo un
gran presbiterio que pueda albergar a un gran numero de sacerdotes,
para una eventual concelebración concurrida que se pueda tener. O
sea que la utilidad la cumplen, pero ¿lo hacen bello?¿trasciende el
alma y la eleva a Dios? Pues yo creo que no. Y no por no utilizar
lenguajes contemporáneos o vanguardistas, que se podrían usar. Sino
por que precisamente el arte actual no se preocupa por la idea de
Dios, y no se preocupa por el arte sacro.
Dentro de ese contexto si podemos
analizar, y poner ya ejemplos capillitas o cofradieros, el por qué
la vanguardia artística no es afín al arte sacro y menos al
cofradiero, por esa falta de interés de lo contemporáneo por lo
sacro. Ello hace que lo sacro y específicamente lo cofradiero tenga
que buscar dentro de su lenguaje, qué no tiene porque ser barroco
como hemos dicho, buscar las soluciones artísticas que más le
vayan. Pero eso no significa que sea un barroco o un neobarroco,
porque a mi no se me ocurriría catalogar al Cristo Sindónico de
Miñarro como barroco, o la obra de Bernal o de Zafra como barroco, y
tendría que plantearse si se podría catalogar como neobarroco, y
habría que ver esas reminiscencias que la imaginería contemporánea
tiene tanto del hiperrealismo, que es muy contemporáneo; de la
fotografía, o de otras corrientes artísticas que no son el barroco.
O el barroco, que puede ser qué lo sea, pero como lo reinterpreta.
Aparte de otros aportes muy alejados de este estilo como el de Ortega
Bru, o Suso de Marcos en Málaga, aportes contemporáneos al arte
cofradiero; o incluso también arte sacro, como Raúl Berzosa que me
parece el principal ejemplo ¿lo podríamos considerar barroco?
Porque yo diría que no.
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