Entrevista al bordador y vestidor José Manuel Azuaga
Diego A. Linde y Juan Cruz Calero. En nuestras
Hermandades son imprescindibles y fundamentales los vestidores, encargados del
correcto atavío de la Madre de Dios y de su aspecto de cara a sus devotos.
También son muy importantes los talleres de bordado, pues con su arte y
dedicación materializan en ricos tejidos la devoción. En ocasiones como la que
nos concierne, una misma persona puede realizar ambas
labores. Sabedores de su buen gusto y experiencia, decidimos
contactar con José Manuel Azuaga, de Bordados Salteras, pretendiendo con esta
entrevista darle en conocer en ambas facetas.
Breve descripción autobiográfica. Nos gustaría que nos comentaras aspectos relacionados con tu formación y experiencia en los términos de vestidor y bordador.
Quizás empecé antes como vestidor que como bordador, aunque viene relacionado, pues desde pequeño mis juegos rondaban siempre en torno al tema cofrade. Además tengo que reconocer que mi familia estaba muy vinculada a las Hermandades de Salteras, sobre todo a la de la Patrona, la Virgen de la Oliva. Empecé como vestidor a los 15 años y unos más tarde como bordador atendiendo las necesidades de mi Hermandad de la Vera Cruz.
¿Dónde fijarías el punto de partida en el mundo del bordado, y más concretamente en Bordados Salteras?
¿Cuáles consideras que son las más destacadas salidas de tu taller? ¿Qué proyecto, de los pasados por tus manos, ha sido más comprometido en cuanto a la labor de restauración de bordados?
Son muchos e innumerables los trabajos realizados. Por destacar algunos puedo mencionar el palio y manto de la Virgen de la Paz y Esperanza de Córdoba, realizado en plata; el palio de la Hermandad de la Vera Cruz de Brenes; el palio de mi Virgen de la Soledad (Salteras) y el manto de coronación de la Virgen de la Oliva (Salteras).
El tema de la restauración también es bastante amplio, habiendo pasado por mis manos el manto de la Virgen de los Dolores de Camas, el manto de la Patrona de Burguillos, el palio de la Soledad de Castilleja y otros. En la actualidad estamos con la restauración y pasado del manto procesional y saya de la Virgen de los Dolores de Benacazón.
En cuanto al panorama artístico del bordado, ¿qué podrías decir a nuestros seguidores?
En la actualidad hay muchos talleres, la mayoría bastante buenos, tanto por la zona de Sevilla como por la de Málaga, talleres de muy buena factura, aunque los que más trabajo tienen son los tradicionales. En general, este oficio tiene continuidad.
Además de bordador, también eres conocido por el arte de vestir a la Virgen, ¿cómo fueron tus inicios de vestidor?
Empecé muy joven, con la temprana edad de 15 años, vistiendo a la Virgen del Carmen de Salteras, pues su camarera era vecina mía y ya veía mis habilidades. Unos años después, en 1982, comencé con la Patrona, la Virgen de la Oliva, después con mi Virgen de la Soledad, la Virgen de los Dolores de Valencina, la Virgen de la Soledad de Castilleja, la Virgen del Amor de Sevilla, la Virgen del Rosario (Patrona de Burguillos) y la Inmaculada Concepción de Salteras, siendo estas todas las que atavío en la actualidad. También he vestido en ocasiones puntuales algunas imágenes de las provincias de Huelva, Córdoba y Alcalá de Henares.
¿Qué supone para un bordador ataviar a una imagen con una pieza que ha salido de sus propias manos?
¿Cómo
llegó al cargo del atavío de la Imagen de Nuestra Señora de la Soledad Coronada
de Castilleja de la Cuesta? ¿Con qué iconografía disfrutas más ataviando a la
Soledad y crees que está más favorecida, dada la multiplicidad de cambios a la
Imagen?
Breve descripción autobiográfica. Nos gustaría que nos comentaras aspectos relacionados con tu formación y experiencia en los términos de vestidor y bordador.
Quizás empecé antes como vestidor que como bordador, aunque viene relacionado, pues desde pequeño mis juegos rondaban siempre en torno al tema cofrade. Además tengo que reconocer que mi familia estaba muy vinculada a las Hermandades de Salteras, sobre todo a la de la Patrona, la Virgen de la Oliva. Empecé como vestidor a los 15 años y unos más tarde como bordador atendiendo las necesidades de mi Hermandad de la Vera Cruz.
¿Dónde fijarías el punto de partida en el mundo del bordado, y más concretamente en Bordados Salteras?
El punto de partida es, como he dicho antes, a través de mi Hermandad de la Vera Cruz en los años 80, cuando nos unimos un grupo de hermanos y comenzamos con el recorte, haciendo los antiguos faldones, insignias y otros enseres que ya no se usan. Una vez nos fuimos perfeccionando aprendimos a realizar el bordado en oro a realce. Poco a poco y a través de amigos fuimos realizando trabajos para otras Hermandades. En los años 90 mi compañero Alfonso y yo fundamos la empresa de Bordados Salteras y desde entonces no hemos parado de realizar trabajos para toda Andalucía.
¿Cuáles consideras que son las más destacadas salidas de tu taller? ¿Qué proyecto, de los pasados por tus manos, ha sido más comprometido en cuanto a la labor de restauración de bordados?
Son muchos e innumerables los trabajos realizados. Por destacar algunos puedo mencionar el palio y manto de la Virgen de la Paz y Esperanza de Córdoba, realizado en plata; el palio de la Hermandad de la Vera Cruz de Brenes; el palio de mi Virgen de la Soledad (Salteras) y el manto de coronación de la Virgen de la Oliva (Salteras).
El tema de la restauración también es bastante amplio, habiendo pasado por mis manos el manto de la Virgen de los Dolores de Camas, el manto de la Patrona de Burguillos, el palio de la Soledad de Castilleja y otros. En la actualidad estamos con la restauración y pasado del manto procesional y saya de la Virgen de los Dolores de Benacazón.
¿Qué
trabajos has realizado para la Hermandad de la Plaza de Castilleja de la Cuesta?
Los trabajos relacionados con la
Hermandad de la Plaza son varios: faldones bordados de los pasos, toca de
sobremanto, saya de Coronación y restauración del palio, Simpecado de gala,
saya burdeos, estandarte, y otros proyectos en los que estamos inmersos.En cuanto al panorama artístico del bordado, ¿qué podrías decir a nuestros seguidores?
En la actualidad hay muchos talleres, la mayoría bastante buenos, tanto por la zona de Sevilla como por la de Málaga, talleres de muy buena factura, aunque los que más trabajo tienen son los tradicionales. En general, este oficio tiene continuidad.
Además de bordador, también eres conocido por el arte de vestir a la Virgen, ¿cómo fueron tus inicios de vestidor?
Empecé muy joven, con la temprana edad de 15 años, vistiendo a la Virgen del Carmen de Salteras, pues su camarera era vecina mía y ya veía mis habilidades. Unos años después, en 1982, comencé con la Patrona, la Virgen de la Oliva, después con mi Virgen de la Soledad, la Virgen de los Dolores de Valencina, la Virgen de la Soledad de Castilleja, la Virgen del Amor de Sevilla, la Virgen del Rosario (Patrona de Burguillos) y la Inmaculada Concepción de Salteras, siendo estas todas las que atavío en la actualidad. También he vestido en ocasiones puntuales algunas imágenes de las provincias de Huelva, Córdoba y Alcalá de Henares.
¿Qué supone para un bordador ataviar a una imagen con una pieza que ha salido de sus propias manos?
El
vestir una imagen con prendas realizadas por mí mismo es muy importante, es
como culminar la obra. Casi todas las imágenes que visto tienen prendas de mi
taller.
Comencé
a vestir a la Santísima Virgen de la Soledad en el año 2001. Es un honor para
mí debido a su gran devoción y popularidad en la provincia.
De sus misterios e iconografías me quedo con todos, aunque algunos requieren más dedicación como el de Pastora, Nochebuena, Reyes, Viernes Santo y besamanos. En Reyes es cuando veo de forma especial de la Virgen.
¿Qué
supuso para ti ataviar a la Virgen de la Soledad el día de su Coronación siendo
el punto de mira del mundo cofrade y tratándose de una Imagen devocional tan
importante? ¿Qué experiencias puedes compartir con nosotros de ese día que viviste
con la Hermandad de la Plaza?
El
día de la Coronación fue muy especial, al igual que los días previos y cultos.
Disfruté mucho aunque sabía que tenía gran responsabilidad. Pensamos al
milímetro todo (saya, mantos, tocados, joyas,…). Fue inolvidable y por si fuera
poco tuve el privilegio y el honor de ayudar a imponer junto al arzobispo su
corona Grandiosa. La verdad es que estaba muy nervioso pero todo salió a la
perfección, con el resultado de todo un pueblo volcado. Quiero mencionar al
equipo de priostría por su colaboración.
¿Qué
expectativas tienes de futuro tanto como bordador profesional, como persona encargada
del atavío de Imágenes?
Mientras
Dios quiera seguiré haciendo las dos cosas que más me gustan, espero que sea
por mucho tiempo. Me gustaría ampliar el abanico y vestir más imágenes.
Sirva esta entrevista para dar a conocer tu obra y trabajo a ti como artista.
Desde El Club del Abanico queremos darte las gracias por tu amabilidad y disposición.
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