Reconocimiento a una digna labor
Diego A. Linde. Como ya dije en un artículo anterior
refiriéndome a lo que deben ser las labores de priostría independientemente del
lugar, comarca o entorno, un buen montaje de cultos nunca está fuera de
contexto. Buena muestra de ello da la Agrupación Parroquial de San Francisco de
Martos (Jaén), corporación de muy reciente creación que está dando en este
pueblo lecciones de buen gusto. Me sorprendió muy gratamente el pasado año su
aparato efímero para el triduo a su sagrado titular, Nuestro Padre Jesús del
Silencio, y este año vuelven a sorprenderme de la misma forma en sus cultos y
besapié. Ya fue todo un acierto encargar la talla de su titular al prestigioso
imaginero Darío Fernández Parra y desde su bendición el 25 de febrero de 2017
vienen desarrollando un trabajo digno de alabanza para inculcar la devoción al
mismo, tratándose además de una recuperación histórica, pues así renace la
iconografía del antiguo Señor de la Coronación de la Parroquia de Santa Marta (destruido
en los sucesos de 1936).
Tan sólo una semana después de su bendición, ya
instalaron en su sede canónica una loable composición de cara al besapiés. No
menos loable fue el altar de cultos, donde el Cristo del Silencio presidía
desde una considerable altura el centro del presbiterio, que era tapado por un
fondo granate del que emergía un dosel rojo (con moldura dorada superior) que
enmarcaba a la sagrada imagen, a su vez flanqueada por dos pirámides de cera.
Sobre estas bases se ha vuelto a instalar el de este año, pero con algunas
variaciones en pro de un mayor engrandecimiento. La talla ha sido elevada a una
altitud mayor, también ha aumentado el número de puntos de luz y los blandones
han sido usados enmarcando el altar. El Cristo ha lucido en ambas ocasiones una
clámide perteneciente al antiguo Señor de la Coronación y a sus pies se han
dispuesto las reliquias parroquiales de San Francisco y Lignum Crucis.
El besapiés de este año, celebrado el Primer Viernes
de Marzo como es tradicional en las imágenes cristíferas de esta localidad, ha
sido otra demostración de elegancia, con el Lignum Crucis bajo dosel y
flanqueado por algunos candelabros, mientras que el Cristo lucía entre dos
jarras con piñas dobles, todo ello antecedido de seis blandones, formado un conjunto
armonioso y coordinado. Además, en esta misma jornada se desarrolló tras la Misa
el canto del Miserere ante la sagrada imagen. En definitiva, todo un deleite
para los sentidos, un oasis de categoría entre tanto desconocimiento y un
modelo del que tomar referencia.
Esperemos que la Agrupación Parroquial de San
Francisco siga en esta magnífica línea de trabajo en sus labores de Priostría,
la cual merece nuestras más sinceras felicitaciones, y que cunda el ejemplo
entre muchas Hermandades para mayor dignidad y gloria de Cristo y su Madre.
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