Las Jornaditas

   Diego Antonio Linde Gutiérrez. Ante una Navidad falta de esencia cofrade nos encontramos con los hermosos y dulces cultos de las “Jornaditas”, que se celebran en algunos puntos de la geografía sevillana. Esta celebración tan típicamente navideña tiene su origen en México, donde los frailes que evangelizaron estas tierras tras su descubrimiento y conquista crearon una serie de representaciones teatrales para escenificar el duro camino de la Virgen y San José hasta Belén (como contraposición a sus cultos paganos), las después denominadas “posadas”. El convento franciscano de Castilleja de la Cuesta, lugar de recepción de frailes venidos de América, fue germen de esta tradición en España, realizándose desde el siglo XVII en la Parroquia Matriz de Santiago Apóstol con la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Soledad, que es cambiada de escenificación y vestimenta cada día de esta novena. Estas jornaditas fueron introducidas, además, en múltiples conventos femeninos de clausura, con pintorescas procesiones claustrales y rituales en torno a imágenes de tamaño reducido.

   Volviendo al caso de Castilleja, la contemplación y ejercicio de esta novena sigue la del llamado “Libro de la Jornadita”, editado en 1856, siendo en principio de diez días, en el primero de los cuales se representaba la Encarnación, jornada que ha desaparecido. En las jornadas la Virgen adopta posición caminante o se presenta subida en un jumetillo, contemplándose el paso de los Santos Esposos por el Monte Tabor, la ciudad de Naín, los campos de Samaria, el pozo de Siquén, el lugar de Necmas (donde se presenta a la Virgen como Divina Pastora), el lugar donde perdieron al Niño (donde la Virgen se calienta las manos en una candela), la ciudad de Jerusalén, y Belén, culminando la última jornada con el Nacimiento Glorioso del Niño Dios, todo una joya heredada de la teatralidad barroca, abriéndose unas cortinas colocadas en el portal al son del Gloria, dejando ver el Misterio. Como culmen a esta Navidad idílica, el 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía, la sagrada imagen de la Virgen con su Divino Hijo, escenificando la Adoración de los Reyes Magos, se muestra como Reina del Cielo con suntuosas galas, recibiendo el amor de sus fieles en Devoto Besamanos. Esta tradición, cuya primicia tiene mi Hermandad de la Plaza, también es celebrada en otros pueblos de la comarca, que, enamorados de la hermosura de estos cultos, los adoptaron como propios siguiendo el modelo matriz. Así, en Gines, son celebrados con la sagrada imagen de Nuestra Señora de Belén, patrona de la localidad; en Mairena del Aljarafe, con Nuestra Señora de las Mercedes; en Olivares, de parte de la Hermandad de la Soledad, aunque no con su titular; en Carrión de los Céspedes, las dos Hermandades marianas de Gloria de la localidad (las de Nuestra Señora de Consolación y de Nuestra Señora del Rosario Coronada) también celebran multitud de cultos navideños; y en la capital sevillana fueron recuperadas hace unos años en el céntrico convento de Santa Rosalía. Sin embargo en estos casos no se conserva la escenificación diaria, que sí ha perdurado de forma admirable en Castilleja de la Cuesta.

   No hay forma más bella de vivir la Navidad que a través de una Novena de Jornaditas. Desde aquí os invito a participar en estos cultos y disfrutar de su singularidad.

   Y…un sueño. En Pozoblanco, los devotos de María Santísima de la Encarnación y Esperanza, ante las connotaciones letíficas que quieren dar a su joven titular, también se plantean realizar una novena de este tipo, iniciativa fantástica que sería única en la provincia cordobesa, con especial interés por ser esta dura situación de la Virgen en su camino a Belén fiel reflejo de la situación actual que sufre la sagrada imagen.


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