¿Estamos perdiendo el norte?

     Gabriel Zapata. Actualmente, un sector destacado del mundo cofrade sentencia que hemos perdido el norte, que se ha perdido el sentido de la medida y la razón de ser de nuestro ser cofrade. Siempre me posiciono en contra. Pero hay veces que no queda otra opción que darles la razón. Esta semana se han presentado los carteles de muchas ciudades de cara a la próxima Semana Santa, pues nos hemos encontrado con que han montando un pseudo altar: medio sacro, medio profano para presentar el mismo en Baeza.

       Sinceramente, me preocupa, ya que no es algo puntual. Llevamos unos años en los que para casi todo se instalan montajes en los que de despliega ajuar y medios que no se destinan ni a los cultos. Y eventos de agrupaciones de cofradías como pueden ser los pregones o presentaciones de este tipo toman un cariz, podríamos decir, de culto profano. Un pregón y mucho menos la presentación de un cartel, no es motivo para montar un altar profano. Y digo bien, profano. No todos los actos que desarrollan las hermandades son sacros.

      Así como algunas hermandades a titulo individual, también hacen estos despliegues para actos tan banales como una conferencia, o incluso, la firma de un contrato. Definitivamente, estamos locos si dedicamos un solo minuto a realizar algo efímero para un acto de esta índole, más incluso si pensamos que es lógico y que se debe hacer.

     Un pregón es un acto cultural, meramente literario, con un atril es suficiente, incluso bastante diría yo. Pero si ya de lo que se trata, es de la presentación de un cartel o la firma de un contrato, revestirlo de boato, es ya excesivo. Debería ser algo privado, y si se quiere hacer presente a la prensa por realzar a las personas, ya sea a los autores o al comitente, con un atril o caballete para portar el cartel, es más que suficiente.

      No me gusta dar la razón a los agoreros del mundo cofrade, pero con actuaciones similares no me queda más remedio que claudicar. Centrémonos en lo importante, y no desnaturalicemos estos actos dándoles una dimensión que no les corresponde.